Resumen:
La creación de Franklin Domínguez está orientada en varios sentidos. En todos ellos aparece una indiscutible capacidad dramática que hace evidente que el autor está dotado con “el don'’, con el estilo, con la originalidad y que posee además una amplia cultura. Tanto en los temas abstractos como en los que se desenvuelven en la atmósfera de
familia, el joven dominicano sabe conducir su historia y narrarla en términos teatrales, sin olvidar nunca un secreto esencial: hacer que los hechos, reales o fantásticos, que acontecen ante los ojos del espectador, dejen siempre tras de ellos una prolongación emocional o un motivo para la meditación.