Resumen:
La mayoría de las antologías de cuentos que han sido publicadas en nuestro país, comenzando por la primera que fue la de Sócrates Nolasco en 1957, obedecen a varios criterios empiristas que se repiten de un antologo a otro: 1) la autoridad de la cosa juzgada, 2) la amistad, el amiguismo y la sacralización familiar, 3) la exclusión por enemistad personal o política, 4) la exclusión por diferencias ideológicas, 5) la ignorancia cultural que reduce el cuento a una historia edificante o trascendente, 6) el impudor y la necedad cada vez más creciente de los antólogos de incluirse en sus propias antologías, convirtiéndose en juez y parte. A estos criterios tampoco escapan las antologías poéticas o de ensayos.