Resumen:
Continuación del resumen volumen 1. Por lo demás, ni los sentimientos ni la doctrina del Padre Hernández fueron nunca republicanos. Sus textos señalados en la nota 74 supra son terminantes al respecto. Su monarquismo se eleva a la concepción unitaria del gobierno del mundo por el Vicario de Cristo, sin apelación a otra autoridad cualquiera, espiritual o temporal. La defensa de esta insólita doctrina le da tonos mesiánicos a una prosa de rara belleza. Su espoñolismo se explica mejor en tal sentido que en uno político. La política le inspira un anatema: falsa y pérfida ciencia de las desgracias (v. op. cit., p. VIII de la Introducción).