Resumen:
Vamos a criticar la crítica del proyecto de Ley General de Enseñanza. Ya se verá lo que debe ser la crítica, cuando lleguemos a juzgar del juicio que pueda haber en Cuestión
Magna. Lo que ahora importa ver son los cargos hechos al proyecto. Entre ellos, el que necesariamente ha de habernos llamado más la atención es el cargo a un hecho que no
es del proyecto ni tiene nada que ver con el proyecto. Por eso vamos a empezar por él, aunque no valdría la pena de levantarlo, si los irreflexivos que celebran ese género de argucias, no dieran a ese cargo el peso que sólo tiene su propio indiscreto asentimiento a la mala fe en el razonar. Pero la mala fe gusta a la gente capaz de saborear argucias, y hay que ocuparse de ésa, por más que sobraría lo a ese propósito dicho por El Mensajero para
que los confabulados contra la organización de la enseñanza recluyeran abochornados un arma tan prohibida, en buena crítica, cual son los argumentos tomados de fuera del asunto, como si expresamente se sacaran del asunto.