Resumen:
Todos los hombres mueren; unos mueren primero, otros mueren después; no mueren en orden alfabético o en orden de tamaño; ni siquiera en orden cronológico, que sería cosa más probable y verosímil: los viejos a la tumba antes que los jóvenes. Pero no es así; he visto muchos jóvenes morir mientras montones de viejos jugaban a las cartas o inventaban
historias en las tabernas. En virtud de estos antecedentes — me dijo escómbridamente Ladislao Ubrique - he decidido escribir un detallado memorial acerca de espantosos asuntos de que he sido testigo y de otros, no menos espantosos, sobre los cuales he escuchado conversaciones o recibido confidencias. Solo pretendo descargar mi conciencia de unos saberes incómodos y peligros.