Resumen:
Un estimado joven amigo, Pedro L. Vergés Vidal, quien se nos viene revelando, hace ya algún tiempo, como escritor de fuste, por la elegancia de la forma y lo hondo del concepto—cosas ambas que resultan demasiado raras en esta época en que se olvidan los maestros y precursores del buen decir en castellano—concurrió con esta monografía
al Concurso científico, literario e histórico celebrado en esta ciudad con motivo del primer centenario del nacimiento de Femando A. de Merino, aquel coloso de la tribuna sagrada y profana, y quien dejó abiertos profundos surcos en la conciencia del pueblo dominicano, con su elocuencia, con su caridad, con sus virtudes cívicas, con su indeclinable patriotismo. Por razones que no son del caso repetir aquí, el trabajo del joven escritor Vergés Vidal no alcanzó premio, a pesar de la insistente recomendación de algún miembro del Jurado que había encontrado en el esfuerzo del buceador de verdades una rica mina de belleza y de justicia hacia la figura epónima del gran dominicano que exultaba
la República entera.