Resumen:
Frente a la tierna contemplación de una criatura recién nacida y que apunta en los labios
seráfica sonrisa, cuántas veces nos habrá parecido percibir una sensación de resplandor que de la cuna se desprende, no importa la opulencia o pobreza de los pañales con que esté vestida. De igual modo, para los que sienten deleite en mirar hacia el pasado y evocar recuerdos, o reconstruir en la imaginación sucesos de lejanos tiempos. Baní se ofrece a la admiración de generaciones sucesivas, desde su nacimiento pastoril, como envuelto en la claridad de sus llanuras y ungido con la serenidad de sus montañas.