Resumen:
Tomos a penetrar en una vida, en una raza, en una época, para encontrar la realización y forma de un alma única y extraordinaria. De este modo sólo podremos adentramos en la obra, en las profundidades de la idea y del sentimiento del poeta en tomo del cual habremos de discurrir, y captar el intimo espirita de esa obra y concreción de sus más vagos efluvios ideales, en donde el elemento biográfico en sus conexiones con el carácter de aquélla, haciéndose el estudio del desenvolvimiento de su producción y de los lazos que la vinculan a la realidad de su existencia y las intimidades de su alma, nos den al fin la clave de su arte. El crítico que pueda juzgar así a Heredia, con juicio humano, expresivo y emocional, inspirado, puesto frente a su obra y a su vida que la sugiere, como una placa sonora, que signifique a su manera una producción, “que es como el epodo que responde desde el fondo del alma a la ajena inspiración que la hiere”, según la imagen de Guyan, es quien podrá dar la nota rotunda que se desprenda de la obra herediana.