Resumen:
Hubo una época en que, a nuestra Universidad, a esta vieja y querida Universidad, la primera que se fundó en el Nuevo Mundo, concurrían, además de nuestra juventud, estudiantes de diversas naciones del Continente. De ella salían también, muchos de los que, peregrinos de amor por los altos valores humanos, borrachos de ideales, en afán de
siembra, llevaron la luz del saber a varios sitios del suelo americano. Perteneciendo las universidades a esa categoría de objetos que más intensamente son afectados, por esa como ley de inestabilidad que rige los primeros períodos de las naciones en formación, nuestra Universidad ha tenido en su larga vida, épocas de florecimiento y de fructificación, de decadencia y hasta de supresión.