Resumen:
El 3 de agosto del año de gracia de 1492 el puerto de Palos de Moguer era centro de una actividad inusitada. Una multitud bulliciosa y alegre, vestida de colores vivos se apretujaba en el muelle. Tres carabelas acababan de levar anclas y con sus velas desplegadas al viento se deslizaban lentamente hacia afuera de la rada, al son del repique de las campanas y de los clamores de la muchedumbre. Con una rapidez creciente los navíos se dieron a la mar, y a poco transcurrir sus siluetas eran apenas tres puntos perdidos en el horizonte; un poco más tarde las fauces abiertas entre el cielo y el océano los había devorado. Tres carabelas y sus tripulaciones, bajo el comando de un hombre resuelto —Cristóbal Colón— se daban a la mar, hacia el Sol poniente y lo desconocido.