Resumen:
De un largo silencio voluntario me saca hoy Franklin Mieses Burgos, mi viejo amigo, enviándome su última obra con ruegos de prologarla. Generosa amistad la suya, pero que no es el acicate principal de estas letras, porque la poesía de los Seis cantos para una sola muerte invita al comentario. La veta lírica de Franklin Mieses Burgos es inagotable. ¡Cuando en la pubertad, ay! un poco distanciada ya, inició la comunicación de su rítmico soliloquio, tócame a mí la contraria en la opinión de los amigos quienes le incitaban a la poesía erótica, acordes con el gusto y la ignorancia de una varonía apenas esbozada de una juventud demasiado joven.