Resumen:
Para abrir una mina, es preciso volar una roca. Para dar paso al agua de un canal, bastará
con levantar la compuerta. Para entraren un libro, es preciso algo más irreal y efectivo: la
llave del espíritu. En tal caso, frente a este libro que se me entrega para que le dé paso a la visita de los curiosos, me complacería con que mi pluma tuviera el poder de una llave. Las puertas están abiertas. ¿Qué es este libro? Es un voto de amor ante un muerto que no se ve. Ese muerto es el Doctor Carlos Manuel Oliva, a quien Trujillo amó. La Doctora Oliva, su hermana, de cuya mente se ha desprendido esta prosa, como las hojas de un calendario secular, tiene con el Generalísimo Trujillo ese vínculo que hace de sus palabras una
sagrada oración. Por eso, cuando ella escribe parece que la tinta le sube como de una raíz, para que sus ideas revienten al sol y al viento.