Abstract:
Dirigiéndose un día a la Bienaventurada María Crescencia Hoce, Nuestro Señor le recomendó que no dejara de decir y de repetir a los hombres cuánto él los ama. Esta piadosa hija del Seráfico Patriarca de Asís empleó toda sil vida en cumplimiento de una misión tau dulce a su corazón, porque, además del deseo de obedecer a Nuestro Señor, ella sabía que ningún. otra verdad puede como esta hacerle tan popular entre los hombres.