Resumen:
No puedo gastarme el lujo de ser modesto en una época recíproca de auto-bombos y pedanterías. Modesto hipócrita es el ingenio que, sabiéndose ilustre, acepta con encubierto desdén cuantas alabanzas le prodiga ese tipo común tan abundante en nuestros tiempos, que se llama el necio inoportuno de la hora y que a veces, no siempre, es sincero en sus peroraciones cuando quiere hacer resaltar con su debilidad psíquica la figura de un favorito del momento. Modestia hipócrita, repito, porque esa manifestación instantánea es el producto sincero de su insinceridad.