Resumen:
Desde los mismos días en que españoles y portugueses colonizaban inmensas tierras
desconocidas y el hallazgo de un continente ignorado enganchaba la geografía, cambiaba el cauce de la historia y creaba en el hombre medio de occidente la esperanza de nuevos recursos de vida, al norte del río Bravo sentaba plaza, con la ansiedad de rehacer su vida espiritual, el primer grupo de descontentos arrojado sobre el Nuevo Mundo. Aquellos puritanos y misioneros que se radicaron en Plymouth y en Boston, trajeron consigo los gérmenes de la libertad y de los derechos del «hombre de América».