Resumen:
Tengo la Arme convicción, caro lector,
de que esperabas con ansia este librito.
I perdona la jactancia!
I perdona la inmodestia!
Sí, esperabas con ansia este pobre fruto
de mi esfuerzo y mi constancia, como quien
espera el pago de una deuda que parecía
—por la tardanza-ya impagable;
como quien espera el cumplimiento de
una promesa sagrada. . .