Resumen:
Estas páginas me las inspiró el campo. Fui a su seno a reponerme de fatigas durante algunos días. Le di mi alma y pagóme en motivos de reflexión y de belleza. La ciudad acosa a menudo con sus recias paredes y su aire viciado. Una fuga al campo es el
mejor desquite contra los desgastes provenientes de la lucha a que obligan plazas, calles y centros de actividad intelectual. El campo renueva. No quita canas, pero les da ocasión de ofrecer, en abono de idealidades, su ceniza. Posee la equilibrante soledad. Es instrumento de resignación; es reconstructivo y pacifista. Recompone rotas interioridades.