Resumen:
Fernando Arturo de Meriño es el tipo del orador auténtico, del hombre verdaderamente arrebatado por la em briaguez del verbo. Es, entre todos los próceres de la República,
el que más terminada nos ofrece la imagen del orador antiguo: una oración de Meriño, en efecto, es una fábrica donde todo denuncia orden y equilibrio: no hay en ella líneas que
disuenen, ni ornamentos excesivos, ni detalles superfluos, ni falta de proporción o de armonía en el conjunto majestuoso.