Resumen:
La defensa del principio de autodeterminación de los pueblos, además de lo que significa como reivindicación de la soberanía política, preserva el desarrollo independiente de las economías nacionales. En casi todos los intentos de avasallar la libre determinación de un país se oculta el designio de ciertos intereses internacionales y locales de mantener a ese país en su tradicional condición de proveedor de materias primas y alimentos para el mundo desarrollado, o sea la clásica relación económica colonial. Por eso, cuando se lucha por resguardar la soberanía de las naciones latinoamericanas, se lucha
fundamentalmente por liberarlas de la dependencia económica y permitirles que emprendan las reformas de fondo que han de convertirlas en verdaderas naciones modernas, dueñas de su destino.