Abstract:
Aunque decir adivinanzas no es tan frecuente como lo fué durante algunas generaciones anteriores, no es de ningún modo un pasatiempo anticuado entre los campesinos dominicanos. Dos veces he oído decir acertijos en ambiente normal. Una vez fue durante un velorio cerca de Higüey, donde nadie esperaba un extraño, ni nadie sabía aún que yo estaba interesado en adivinanzas.