Resumen:
“Agradezco su monumental obra “Historia de Santo Domingo” . . . Es asombrosa su capacidad de trabajo para dar con regularidad periódica cada tomo, aunque suponga, como no puede ser menos, muchos meses y aun tal vez años de esfuerzo acumulado, que ahora no necesita sino darle su forma última y viable para la impresión. He oído achacar a su obra como defecto la abundancia y la prolijidad de las notas, por relegar a ellas discusiones de puntos controvertidos y la copia íntegra o fragmentaria de documentos, armazón que sostiene cuanto corre a lo largo del texto. A esto podría responderse con el gran crítico español Menéndez Pelayo: La Historia no se escribe para gente frívola y casquivana, y el primer deber de todo historiador es ahondar en la investigación cuanto pueda, no desdeñar ningún documento y corregir en sí cuantas veces sea menester...".