Resumen:
La paz exterior de la República acaba de pasar—aunque sin perturbación efectiva-por
un accidentado período de prueba; por una transición dolorosa, necesaria acaso al robustecimiento de la confianza mutua v al mayor desarrollo del interés amistoso que han vuelto ya á reinar entre éste y el Gobierno de la República Francesa. ¡Pero la paz exterior se ha salvado! A las negociaciones recientemente concluidas para el arreglo definitivo del diferendo franco-dominicano debo el regocijo de poder declararos que
vivimos-sin exceptuar á uno sólo-en concierto de confraternal armonía con todos los pueblos ei civilizados de ambos mundos, y con sus gobiernos respectivo.