Resumen:
Trata de la posibilidad de fundamentar un discurso sobre el sentido del humanismo. Se asume como punto de partida el acontecimiento histórico de la muerte de Dios y se apropia del nihilismo radical que de ello se deriva para sustentar un discurso teorético basado solo en principios relativos. Se concibe al humano como creador de sentido y se sustenta esta visión en la emocionalidad de los estados de ánimo, que constituye su condición inicial. Solo desde esta perspectiva el autor concibe la posibilidad de articular un discurso sobre el humanismo en nuestro tiempo que intente situar el lugar del hombre en el mundo y en nuestra época