Discurso pronunciado por su excelencia el Dr. Rafael L. Trujillo Molina, Presidente de la República Dominicana, al recibir el homenaje de adhesión y gratitud que le rindieron los estudiantes de la Universidad de Santo Domingo en el Palacio Nacional, la tarde del día 13 de marzo de 1946

Abstract

Grata emoción y sincero reconocimiento producen en mi ánimo este homenaje y las elocuentes palabras que aquí acaban de pronunciarse por lo mismo que pocas veces se muestra tan fresca, espontánea y desinteresadamente un sentimiento. Por otra parte, este acto condensa y sintetiza significaciones de indudable trascendencia y constituye una ratificación poderosa de mi política por el tono democrático de las inquietas asambleas estudiantiles en que se acordó, por la libérrima elección de sus portavoces, por el edificante espectáculo que ahora se nos ofrece, lleno de madura responsabilidad, de dignidad sobria y de sana alegría. Veo aquí reunidos al estudiantado y al ilustre Claustro de la gloriosa Universidad Primada de América y me rodean su historia pasada, sus vicisitudes vencidas, su presente de plenitud. Pero al mismo tiempo siento con más fuerza la preocupación de esta hora del mundo y de este momento que vive nuestra Patria y es aquí, precisamente en el seno del Alma Máter, donde las más altas consideraciones se nos acumulan y bullen exaltadamente.