Resumen:
Si las biografías de los grandes hombres determinan la historia del mundo—como pretende Tomás Carlyle—, lo biográfico, órbita de una vida, gravita sobre lo histórico,
órbita de la vida colectiva. En pocos conglomerados adquiere tanta consistencia de realidad como en nuestra República, esta afirmación de Carlyle. Lo particular, por fuerza de inducción, ha originado entre nosotros lo general. La psicología individual, ora en acción de incidencia, ora en sugestión de cordura, ha resultado un factor decisivo para la formación de nuestra psicología colectiva. Captada al través de una concepción esquemática, la historia dominicana emerge, en grandes proporciones, de esta fórmula biológica: Núñez de Cáceres, Duarte, Santana, Báez, Luperón, Heureaux y Trujillo.