Resumen:
La proximidad de la fecha en que, por disposición constitucional, deberá efectuarse la elección de los funcionarios responsables del entrante período administrativo, al tiempo que justifica la celebración de esta magna asamblea del Partido Dominicano, me
coloca en la necesidad de dirigirme a vosotros, señores delegados, y al País entero, para exponeros la directiva que me propongo imprimir a la política del Partido que asume conmigo las labores del gobierno. Cuando en 1930 me hice cargo por primera vez de la dirección de la cosa pública, el País atravesaba un arduo período de crisis política y social. Las circunstancias no podían presentarse más difíciles y oscuras, y muy escasas eran entonces las posibilidades de una verdadera reintegración de los valores positivos de nuestros sistemas institucionales. Digo más, no se trataba en aquel momento de buscar la reintegración de esos valores, que nunca, a lo largo de toda nuestra historia republicana, habían estado integrados en ninguna función de Estado, sino que más bien nos empeñábamos en construir las bases mismas, los primeros cimientos de una estructura social que hasta entonces no había logrado encontrar los elementos de su propia utilidad.