Resumen:
La poesía es el sueño de la mañana de las grandes vidas; contiene en sombras todas las realidades futuras de la existencia... ¡Desgraciado del que no ha sido poeta una vez en su vida! Estas bellas palabras de Lamartine parecerían escritas vara Pedro Henríquez Ureña, porque el sabio humanista, el maestro de disciplina tan áspera como la filología, se inició en las letras como poeta. Antes de cosechar, con manos de filósofo, los maduros frutos del pensamiento, cultivó en sus huertos inferiores la flor de la poesía. Y fue siempre poeta en lo hondo de sus escritos, aun en la parquedad de la frase en que ocultaba su emoción, hay esa poesía recóndita que es quizás la más pura expresión del don divino.
Descripción:
Segunda edición.
A la cabeza del título: Feria Nacional del Libro, 1984. Homenaje a Pedro Henríquez Ureña en el centenario de su nacimiento, 1884.
Perteneció a la biblioteca personal de Erick Landestoy.