Resumen:
Porque la historia del Nuevo Mundo empieza en la Española, los que la cultivaron como maestros en la ciencia de Herodoto han de gozar de posición privilegiada en la historiografía americana. Así, dejando atrás a Oviedo y a Las Casas, moradores de la tierra
amada de Colón, y a Del Monte y Tejada, nativo de la Isla, se llega entre nosotros al historiador nacional, José Gabriel García, en el siglo XIX, y en la centuria presente a Fray Cipriano de Utrera, verdadero forjador de la moderna historia colonial de Santo Domingo.
Tal es la indiscutida posición del ilustre sacerdote en nuestras letras. A pesar de su condición de español, natural de Andalucía, la obra de Fray Cipriano de Utrera es esencialmente dominicana, porque él se formó, como historiador, bajo el cielo quisqueyano. A su llegada al país, en 1910, no había conocido el Archivo de Indias,
no lejos de su amada villa de Utrera, ni había publicado obra alguna (*).