Resumen:
Desde que el Consejo Nacional de Educación dispuso la reforma de los planes de estudios correspondientes a las enseñanzas primaria elemental, primaria superior y secundaria y normalista, y la ordenación de los cuadros de materias correspondientes a dichos ciclos de la educación, en la forma en que aparecen en la Ordenanza No. 842’50, se hizo evidente la necesidad de preparar nuevos programas de estudios y actividades en los que se cumplieran a cabalidad los objetivos esenciales que forman la base y fundamento de la reforma aludida. Esos objetivos pueden resumirse, en cuanto a la educación primaria se refiere, en la siguiente forma: reducir, siempre que la necesidad fundada en la experiencia lo aconsejara, la extensión de los programas en lo que concierne a los conocimientos escolares propiamente dichos, en tal forma que en ese primer período de la educación se
puede insistir preferentemente en la adquisición, por parte de los alumnos, de los conocimientos instrumentales: lectura, escritura, y mecanismo del cálculo, permitiendo así
que las materias informativas o instructivas, y las actividades propias de cada edad, que aparecen en el plan, tal como deben practicarse en una escuela activa que propugna el principio de aprender haciendo, puedan desenvolverse gradualmente, sin violencias, procurando armonizar el desarrollo mental con el crecimiento físico y con la formación moral, de manera que el paso del ocio puro al trabajo puro, del juego al esfuerzo, pueda realizarse en forma natural.