Resumen:
Verdad formidable que no admite réplicas, es que el Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo constituye la máxima gloria del pueblo dominicano y que ese pueblo siente por él una
admiración y un amor que jamás tributó a ninguno de sus proceres. Hombre extraordinario e incomparable, de energía y voluntad tan resistentes como las montañas, ha logrado, con
asombro de nuestra América, regalarle a su pueblo una maravillosa era de paz, de trabajo, de justicia y de progreso. Si nuestro país no tiene medios con que pagar el inmenso
beneficio que a diario recibe del genial Benefactor, que nos gobierna, sí tiene el deber de testimoniarle su gratitud con lo que más valga entre nosotros.