Resumen:
Hotel Seronvalle, Lima, jueves 24 de noviembre del 70.
Estando en mi cuarto dando vueltas a tristes pensamientos golpearon a la puerta, y Luis el español, cuyo nacimiento quiero recordar para contrastar su noble conducta con la de los que más me deben por nuestro común origen y por mis servicios a la causa común, Luis, un verdadero amigo, un hermano, entró diciéndome: Acabo de hablar de un negocio que puede convenirle,,. Y en seguida me contó que le habían propuesto ir al Callao a llenar yo no sé qué funciones con un sueldo de doscientos pesos mensuales; que había pensado en mí y venía a decírmelo. ¿No es esto enternecedor? Quería que no perdiera tiempo, y me hizo vestir y salir con él para llevarme a casa de la persona que le había hecho la proposición, a lo que me opuse temiendo hacer demasiado. El fué por mí, volvió y me ha ofrecido que en cuanto él pueda, la plaza será mía. Me invitó entonces a tomar el café: fuimos al Café Inglés, se acercó a alguien y me presentó a un hombre que resultó tener necesidad de un escritor, me hizo muchas atenciones, me ofreció un buen negocio, y me prometió que en quince días yo estaría colocado.