Abstract:
El panorama de la política del pasado en nuestro País está lleno de motivos dignos de un sereno estudio sociológico. Ni los gobiernos, ni las revoluciones, fueron nunca el producto de un patriótico ideal. La lucha por el Poder y la del predominio entre dos jefes, constituían el móvil de todas las actividades políticas del medio. El jefe era la obra del montón. Producto anónimo que se hacía visible en las convulsiones y que se ponía una cabeza
para que lo mandara, sin importarle el tamaño de su talento, ni la órbita de su ambición.