Resumen:
El 28 de junio de 1919 m arca el inicio de una nueva etapa en la Historia de la Humanidad. En uno de los suntuosos palacios que caracterizan a Versalles como una de las más hermosas y pintorescas ciudades del mundo, Alemania, doblegando su arrogante orgullo firmaba la paz con las potencias aliadas. Cuatro años de incesante y sangrienta lucha, habían extenuado a vencidos y vencedores. La más grave crisis económica se cernía
sobre todos los pueblos. Los gobiernos se enfrentaban a gravísimos problemas, entre ellos el de la reconstrucción de las zonas devastadas por la guerra. El hambre hacía cada día mayores estragos. Multitudes desnutridas se agitaban clamando justicia y exigiendo de sus dirigentes nuevas orientaciones políticas. El momento no podía ser más propicio en Europa al advenimiento de “modernos profetas”, que, en pomposas piezas oratorias, habrían de prometer la redención a su pueblo. A bogarían por sistemas “nuevos” de gobierno, en los cuales todos los poderes del Estado se. hallarían centralizados en un solo jefe (Fuehrer o Duce). Así surgió el “fascismo” en Italia el 30 de octubre de 1922, con la famosa “Marcha sobre Roma”, efectuada por el antiguo socialista Benito Mussolini; y, dos años más tarde, de este mismo modo, habría surgido en Alemania el “nacionalsocialismo”, de no haber fracasado el “putsch” que fraguó Adolfo Hitler en Munich; pero, echada ya allí la semilla, no se haría esperar su germinación. El 30 de enero de 1933, Hitler. asumía el poder en
Alemania. Entretanto, en el Japón, la casta militar se adueñaba del poder, enalteciendo así el espíritu bélico del pueblo japonés y sus descabellados sueños de conquista mundial. Enardecidos en tan “altos ideales”, el 1 de septiembre de 1931 el Japón comete, 1a primera agresión totalitaria, con un brutal ataque a la Manchuria.