Resumen:
Poco antes del drama del 30 de mayo de 1961 recibimos de don Tomás A. Pastoriza — de la meritísima casa Espaillat Sucesores, de Santiago de los Caballeros— el enaltecedor y grato encargo de preparar la segunda edición de los Escritos de Ulises Francisco Espaillat, recogidos en 1909, que ya eran casi desconocidos en el presente. En la Advertencia de la obra no vacilamos en afirmar que en cada etapa de la vida de un pueblo se requiere tanto
de un hombre como de un libro; el hombre que guíe y el libro que ilumine, y que en esta dramática etapa de la vida dominicana había un libro, mejor que todos, por no decir
único, que tenía la virtud iluminativa de que estamos menesterosos: los Escritos de Espaillat. Y al final exclamábamos con plena fe en la eficacia de los principios democráticos: Que la voz de Ulises Francisco, Espaillat no sea voz clamante en el desierto.