Abstract:
Una soleada mañana del mes de junio, 1924, presa de la mayor angustia, di mi adiós definitivo al romántico escenario de mi apacible nacimiento, de mi sosegada adolescencia. Un turbión de gratísimos recuerdos revoloteaba sin cesar, como pintada mariposa, en mi torturado cerebro, mientras el viejo Ford de pedales de la familia, rengueaba jadeante por el polvoroso camino carretero rumbo a lo desconocido, a lo ignorado. Llevaba en mi cerebro y ante mis ojos, como una cinta cinematográfica, la grata visión de todas aquellas ocasiones inolvidables, venturosas, que recogía una a una del íntimo jardín, del sombreado remanso de mis infantiles recuerdos. Cuántas cosas grutas venían a mi imaginación, desbocada como indómito potro por rutas moteadas de sentimentales trazos, de pinceladas de brillante colorido, de perfumados efluvios........Cuántas cosas gratas evocaba mientras angustiado me alejaba del querido lar en que dejaba pedazos de mi propia carne, girones de mi adorada adolescencia.