Antología Americana

Abstract

A fines del 1918 'perdí los estribos líricos: me desmesuré. Al principio esto podía ser hastío por las formas, inhabilidad, quizás precipitación. Ello es que yo estaba poseído por una fiebre: despreciaba realizadas formas, pero oteaba una que buscaba mi espíritu, pero que no alcanzaba mi pensamiento ni aún mis manos. Extraña cosa: huía de las formas y corría despavorido en pos de una forma. Una amistad cordial. Unos camaradas leales. La vida ungiéndome y exigiéndome; pero yo impávido en una lucha descomunal contra mí mismo. Luchaba contra muchas cosas; pero mi peor lucha se resolvía contra el interior de mi sér. Mi amor a la tierra dominicana; a la historia dominicana, se transformaba en pasión por América. Con los años, yo fui un religioso de América. No era mi amor a América una cuestión de demagogia teatral era un volcán con toda su trepidación y toda su tragedia. A veces, salía de la hoguera que me consumía, y buscaba refugio en el amor de una mujer, en las bichas humanas, en la lírica misma.