Abstract:
Se suponía que ya no había nada más que contar con relación a la muerte de Desiderio Arias en junio de 1931, el tercero y último de los “generales”, caciques regionales conchoprimistas, quienes se rebelaron contra Rafael Leónidas Trujillo Molina durante los primeros meses de su dictadura, Cipriano Bencosme fue el primero, en junio de 1930, lo que le costó la vida. Pedro A. (“Piro”) Estrella también se había revelado en junio de 1930 pero se rindió un mes después. Ninguno de los tres comprendió que los “pronunciamientos” y “alzamientos” tan comunes previo a 1916 ya no eran factibles, dado el monopolio de las armas que las tropas norteamericanas de la intervención (1916-1924) habían establecido, tanto a través de la creación de un ejército nacional único y de cobertura nacional, como por medio de la recogida total de armas entre la población civil.