Resumen:
Discurso pronunciado con motivo del banquete que en honor suya y de la primera dama de la República, la Excelentísima Señora Doña María M. de Trujillo, ofreció el Embajador de
los Estados Unidos del Brasil, Su Excelencia Gastao Paranhos do Río Branco el 6 de enero de 1944. Acepto complacido los amables conceptos con que desde la elevada investidura de Embajador del Brasil habéis querido honrarme en este pedazo de tierra brasileña, al inaugurar la vida social de la misión que con tanto brillo representáis.
Y o sé apreciar este acto en todo su significado, porque traduce en forma elocuente el tono de cordialidad que priva en las relaciones de nuestros dos países, y además porque al referirse Vuestra Excelencia a la obra de Gobierno que he realizado ya y sigo realizando con igual entusiasmo, ha externado ideas que satisfacen mi aspiración de gobernante y de dominicano.