Resumen:
La situación actual del pueblo dominicano es tan sui-generis, que no se puede establecer comparaciones históricas a no ser que busquemos el oprobio de los gobiernos medioevales. Únicamente en ese lapso tenebroso de la existencia humana, puede hallarse semejanza con lo que ocurre y se ha establecido en la República Dominicana. Leónidas Trujillo ha impuesto su voluntad vesánica sobre nuestro pueblo de manera tan profunda y enérgica, que ni aun los procederes más neuróticos y descabellados encuentran la reacción de la protesta en el ánimo público.