Resumen:
Comparezco ante vosotros en este día en que la República festeja alborozada el 95o. aniversario de la independencia nacional, con el fin de cumplir el mandato constitucional de depositar ante el Congreso el mensaje del Poder Ejecutivo, acompañado de las memorias de los señores secretarios de Estado. en el cual os doy cuenta de las gestiones gubernamentales durante el año administrativo que acaba de discurrir. Elegido presidente de la República en los comicios de mayo de 1938 y en ejercicio de dicho alto cargo desde el siguiente diez y seis de agosto, la prestigiadora demostración de confianza que me dieran mis conciudadanos jamás he podido atribuirla a mis modestos merecimientos ni a la existencia de arraigo político alguno en las grandes masas nacionales, que no poseo, sino a la generosa y relevante expresión de fé en mi acendrada y devota lealtad con que me honrara mi ilustre predecesor el Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo y Molina, Benefactor de la Patria y Jefe Supremo y Director del Partido Dominicano, al indicar al pueblo dominicano mi humilde persona para sucederle en la más señera posición oficial del Estado, dando así, con tal magnífico gesto de civismo y de espléndido desprendimiento una nueva, significativa y ejemplarizadora demostración de su puro y fervoroso culto a las instituciones democráticas.