Resumen:
A manera de introducción a este trabajo me permito hacer uso de algunos de los conceptos emitidos por el insigne Generalísimo Doctor Rafael L. Trujillo Molina en su noble campaña en favor de España y de su admisión en la Organización de las Naciones Unidas, porque ellos patentizan y exaltan la fuerza de convicción, el alto espíritu de justicia y el acendrado fervor que lo animaron en la defensa de tan justa causa, hasta la obtención de su completo triunfo el 14 de diciembre de 1955; y la carta que tuve el honor de escribir a Su Excelencia con motivo del ingreso de España en la mencionada organización internacional: "En batalla contra el materialismo, contra la negación de los valores morales, de la conciencia religiosa y de los principios universales de una cultura humanística, no puede faltar el concurso de España, que es el alma máter, la sal de toda una interpretación
de la historia moderna, desde el descubrimiento de América hasta nuestros días. Sin la influencia de España en la formación social del mundo hoy sería difícil resistir el impacto de las nuevas concepciones políticas y económicas del esclavismo transeuropeo. España no puede estar ausente de América cuando sea ésta el baluarte de la resistencia anticomunista"...