Resumen:
“Cuando, fruto extraordinario del cerebro humano, apareció el radio como una realidad palpable, el conocimiento universal saltó de la soledad del estudio, y penetró en los más recónditos lugares, anulando angustiosas distancias, nivelando montañas de ignorancia, prendiendo luz allí donde, por la diferencia de idiomas o por la invencible separación del espacio, la imprenta no había podido cumplir su misión civilizadora, ni el libro su elevado propósito de bien, ni el pulpito su bendito apostolado de paz”.