Resumen:
Son proverbiales en el mundo entero la pérdida de vidas humanas y la devastación de edificios y riquezas que deja, como triste secuela, el paso de un huracán. Los países ribereños del Mar Caribe tienen sobrados motivos para sentir una viva preocupación por este terrible azote de la naturaleza. Es misión del meteorólogo estudiar la formación, movimiento y evolución de los huracanes, pues estos conocimientos constituyen
la base para la predicción de la marcha de la perturbación atmosférica. El perfeccionamiento de los métodos de predicción le permitirá aumentar y mejorar cada día su contribución, mediante el aviso oportuno a las autoridades y a la población, al esfuerzo común para disminuir el número de víctimas y la cuantía de las pérdidas materiales.