Resumen:
Para apreciar con relativa exactitud en toda su curiosa complejidad el actual movimiento literario, necesita el escritor indispensablemente poseer cierta flexibilidad mental que le permita, sin menoscabo del propio criterio, identificarse con diversos estados de alma, a menudo desconcertantes y con frecuencia contradictorios, para sentirlos y juzgarlos serenamente, sin derramar sobre ellos, de manera resaltante, el ánfora de sus simpatías, de sus preocupaciones y aun de sus odios. No, he creído nunca en la imparcialidad en el sentido estricto que se da a esta palabra...