Resumen:
Con una tierna emoción que brota desde lo más hondo de mi alma, y surge como un capullo delicado saturado de perfumes, hago estas líneas preliminares al evocar los días ya lejanos de mi infancia, en la casita aquella humilde, bajita, pintada de cal, en mi muy amada ciudad de Puerto Plata, radicada en la calle Duarte —esquina entonces Progreso y hoy Padre Castellanos...
Sobre el hecho de la anexión a España, hay tamos pros y tantos en contras, que para poder penetrar en los pensamientos que inspiraron esa incorporación no es obra de este alfa que escribo, es labor y crítica de las generaciones venideras, aunque ya hace un siglo de ella, pero como quiera, la Restauración es el acto bélico que certifica, de una manera clara y concordante, que los dominicanos habían asimilado la mística trinitaria y amaban la libertad.