Abstract:
La familia Henríquez Ureña se gestó a partir de un concepto de deber social, con la conciencia de que por su accionar se transparentaba la historia de su tiempo, la que acontecía tanto en la media isla dominicana como en el contexto caribeño. Antes de su casamiento en 1880, Salomé Ureña y Francisco Henríquez y Carvajal, habían tenido contactos con experiencias y discursos que trascendían los límites locales. La llegada del pedagogo puertorriqueño Eugenio María de Hostos en 1879 impactaría sus vidas. Salomé y Francisco se contaron entre sus primeros y más fieles colaboradores en los planes de regeneración de la Enseñanza nacional. En 1881 se da el primer fruto: la creación del
Instituto de Señoritas, establecido por Salomé. En 1887 se produciría la investidura de las primeras seis maestras. Hasta su cierre en 1893 - debido a los problemas de salud de su fundadora-, el Instituto sería la principal institución académica nacional.