Resumen:
A MANERA de crónica de un fasto memorable, para que la atesoren los anales de la República Dominicana, cuyas fuentes darán á las generaciones venideras el agua de las confirmaciones históricas, en la redacción de EL DIARIO hemos recogido los ecos del homenaje presentado al Honorable Presidente Trujillo por los periodistas y colaboradores de la Prensa Nacional, bajo el techo del austero Senado de la República, en la noche del trece de abril de mil novecientos treintiseis. Allí se congregaron, alrededor de las mesas del banquete, como en un refectorio de intelectuales aderezado con esplendidez y belleza para hacerlo digno del agasajado, los militantes de la pluma que há tiempo piensan y sienten en comunión con los ideales políticos de Rafael Leónidas Trujillo Molina, que difunden en el pueblo dominicano sus pensamientos de gobernante y revelan, por medio del periódico, el significado de esos pensamientos cuantas veces se materializan en hechos sustentadores de la paz, en obras de progreso o en leyes para el bien general.
La Prensa Dominicana, convocada como institución, había concurrido para dar en aquel hermoso acto, con el júbilo aleteando en el pecho de sus componentes, una demostración de simpatía al gran compatriota que contemplamos encumbrado por la virtualidad con que ejerce el poder como si cumpliera un designio providencial.