Resumen:
El continente americano presentaba para el comunismo, a comienzos de siglo, un campo vírgen de posibilidades. Las Jóvenes repúblicas americanas contenían en su pletórica in- quietud, todas las cualidades necesarias para que la doctrina s0o- viética echara el veneno de sus raíces en una tierra sana, ávida, fértil e ingenua. Los problemas constitucionales Y económicos comenzaban recién a desenvolverse; la sangre de aquellos pueblos, era una sangre nueva, incontaminada, cálida y ansiosa; sus hombres eran fuertes y ‘sus mentes despejadas. Ningún campo podía ser más propicio para que la garra comunista hundiera SUS pezuñas en aquellos surcos recién abiertos a la esperanza,
el trabajo y la libertad.