Resumen:
La historia, para cumplir su función moral, se escribe a espaldas del protagonista. Muchas veces los actos más trascendentales de la vida del individuo son desconocidos por él mismo, y de ahí que, menospreciando su vocación natural, se dedique a la búsqueda de los honores populacheros, d-e los aplausos adocenados e irrepressible de la multitud; por tanto, estos seres encarapitados, víctimas de las exaltaciones públicas, ignoran la sencillez y la grandeza de sus propios actos. Observamos con frecuencia, cuando se trata de recordar la vida de los hombres índices, que una intención pueril y a veces hasta un sentimiento mezquino, ponderan tanto sobre sus crónicas como las más nobles
y elevadas actitudes.