Abstract:
Un día de Abril de 1940 estuve en Puerto Plata «Sentir es la Norma» y otro de Octubre de 1941 en Santiago Rodríguez, con motivo de la muerte de mi abuela. En el espíritu no hay
dos revelaciones imposibles de converger: el Canto al Atlántico estuvo trunco y le he puesto broche de verdad con las remembranzas de mi abuela. El otro poema nació a la realidad en mi hogar de Santiago, en tiempos en que me ocupaba de ver crecer a mi hija ultima y tener largas meditaciones sobre la post guerra.